viernes, 2 de noviembre de 2012

Se acabó la fiesta

Siempre es bueno tener un tema del que hablar en tu blog, pero... este no es el caso. El post de hoy está relacionado con el incidente de la madrugada del 31 durante una fiesta de Halloween en el Madrid Arena. Si vives debajo de una piedra y no te has enterado de la tragedia, aquí tienes la noticia. Parece que el desencadenante fue el encendido de un artículo pirotécnico que provocó una avalancha en la que murieron 3 jóvenes. Aunque ese fue el desencadenante, seguramente hay otras consecuencias indirectas, pero no por ello menos importantes, que influyeron en este desafortunado accidente.

Exacto. Os hablo de la sobreventa de entradas, algo muy de moda en las discotecas/fiestas españolas, y más concretamente las madrileñas, que son las que lo he vivido yo. La cantidad de entradas que se ponen a la venta va en función de un concepto que siempre me ha parecido muy abstracto: el aforo máximo.

Aforo máximo, cantidad límite de personas pero ¿en que condiciones? ¿Teniendo un metro cuadrado de espacio a tu alrededor? ¿Medio metro? ¿Lo justo para estar cerca y poder arrimar cebolleta sin que se considere un acto de depravación?

No me gusta dar nombres, pero ilustraré mi opinión con un ejemplo una sala a la que solía ir bastante: Fabrik. Según sus datos, tiene un aforo de unas 12.000 personas. En fiestas multitudinarias es increíble la de gente que se puede congregar ahí, que se resume en movilidad basada en empujones para llegar de la barra a la pista. Esto creo se produce porque probablemente esos 12.000 de aforo sean contando la terraza exterior, pero claro, en pleno invierno a ver quien es el valiente que se queda toda la noche al aire libre. Eso, amigos, también es sobrevender.

Otro arma de doble filo es el gran invento de "las listas gratis sin límite", en las que te dan de plazo hasta cierta hora (las 2:00 normalmente) en la que diciendo que estas en la lista de Fulanito, entras gratis. Pero...  ¿cuanto es el máximo de personas en una lista? ¡Qué más da! ¡Yo te apunto y pasas gratis! (la palabra gratis resuena en tu cabeza... gratis, gratis...atis...atis).

Esto me ocurrió hace tiempo en La Riviera (soy un chivato), con la famosa "lista de Fulanito". Al llegar lo que nos encontramos fue una manada de gente agolpada a la entrada de la discoteca a los que habían vendido la moto como a nosotros. Eso, unido a que se acercaba la hora límite, y que había dos o tres gorilas para controlar a varios cientos de personas, dió como resultado largo minutos de jóvenes como sardinas en lata entre la puerta, las vallas y la rivera del Manzanares. No he vuelto a ir desde ese día, y mucho menos me he vuelto a fiar de los que te ofrecen esas "listas exclusivas". Esto, también es sobrevender.

Moraleja: sobreventa + gilipollas con petardo/bengala = tragedia.


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